miércoles, 9 de abril de 2008

Proyecto Menorca


Alaior – Menorca, 11 de marzo de 2006


Son las 4:40 de la mañana, estoy trabajando en la Residencia Geriátrica de Alaior, mi cabeza no deja de pensar la misma idea de siempre, el proyecto de vida alternativa, ¿cómo se puede realizar? Cuanto más lo pienso más lo siento dentro de mí. Poco a poco ha ido cobrando forma, se ha ido gestando día a día, mes a mes. Siento que pronto dará a luz. Tengo la confianza plena y la certeza que será un éxito. Creo firmemente en la vida alternativa. En un modelo social en el que exista diálogo, comunicación y trabajo en equipo.. Creo en la Naturaleza, en su fuerza, en su riqueza, y en su potencial. Creo en el ser humano, en la capacidad de adaptación, de buscar nuevos caminos, en la capacidad de evolucionar. Sólo nos falta dar un paso más, pero no hacia fuera, sino hacia dentro. En el momento en que demos ese paso hacia nuestro interior, conectaremos con nuestra esencia y una nueva vida, una nueva Tierra se abrirá ante nosotros. Toda la isla puede ser un Centro de Vida Alternativa, un ejemplo a seguir, en el que se pueda trabajar unidos para poder ofrecer lo mejor que hay en ella. Esta isla es un diamante en bruto y no es por casualidad que las personas lleguen a ella buscando calidad de vida, un sistema de vida que nos enseñe a vivir en armonía y nos libere de nuestros propios engaños. El contacto con la naturaleza, la energía, la luz y la vida que hay en este lugar nos hace conectar con esa verdad que todos llevamos dentro. Desde que he llegado a esta isla, pronto hará un año, cada día ha sido especial en todos los sentidos. Hay que experimentarlo para poder entenderlo. Hay que vivir para aprender. He conocido personas y lugares muy especiales que han superado de largo lo que esperaba encontrar aquí. Desde el momento que sentí que tenía que venir a vivir a Menorca, supe que una fuerza superior me estaba empujando hacia aquí. No la podía ignorar, porque me hubiera ignorado a mí misma. Todo empieza a encajar y sé que no estamos solos delante de tanta injusticia, tanta ignorancia y tanto ego. La vida, la naturaleza, el planeta entero está pidiendo a gritos un cambio. Un cambio en nuestra conciencia, porque sin ese cambio no es posible dar ese paso hacia nosotros mismos. Todo está conectado, dependemos los unos de los otros y en nuestras manos está la responsabilidad de hacer un cambio. Un cambio que vaya hacia la naturaleza y no en contra de ella. Un cambio que nos ayude a simplificar y no a complicar. Un cambio que nos permita trabajar unidos y no por separado. En definitiva, un cambio que nos enseñe a vivir en armonía y en equilibrio con todo. Vivir en armonía es una opción, una elección personal, para ello tenemos que desaprender y deshacernos de lo que ya no nos sirve, e integrar y aprender lo que en este momento es tan necesario para este cambio. Debemos saber que somos responsables absolutos de nuestra vida y de nuestras acciones. No responsabilizar a nada o nadie de nuestra felicidad o nuestro sufrimiento. Tomar esta responsabilidad es signo de madurez y sabiduría. El miedo nos limita y la verdad nos hace libres. Siempre hay diferentes opciones y varios caminos a seguir. Sólo nosotros podemos decidir cual de ellos debemos seguir, el camino de la felicidad o el del sufrimiento. Dejemos ya de culpar a los demás de nuestras desgracias y limitaciones. Vamos a quitarnos los velos que cubren nuestros ojos y empecemos a ver y a caminar hacia la paz que se encuentra en nuestro interior. Solo mirando hacia dentro la podemos encontrar.

Gloria

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