lunes, 19 de mayo de 2008

Vinimos a aprender

Vinimos a aprender a relacionarnos. No vinimos a aprender a ser ingenieros, abogados, medicos... Esos son instrumentos para relacionarnos. El hombre es un ser relacional y vinimos fundamentalmente a aprender relaciones humanas respetuosas, responsables y liberadoras.
No son relaciones sociales para retenernos, para poseernos, para chantajearnos. Lo son para liberarnos, para completarnos.
Así transformamos la ecología de la Tierra, que no es una ecología externa. Lo que le pasa a la Tierra es lo que le está sucediendo al corazón del hombre. Si yo abro mi corazón abro la Tierra dentro de mí. Si yo amo al prójimo amo a la Tierra, y si amo con un amor puro no voy a contaminarme, ni a mí ni a la Tierra.
El resentimiento es el agente más contaminante. El amor liberador existe en la reciprocidad responsable. Amar es dar y recibir. Hay más sabiduría en el saber recibir. A menudo nos negamos a recibir el regalo de la sonrisa, de la mirada del otro, por no comprometernos, por no quedar en deuda.
La gratitud es esa habillidad que revela tu propia luz.
Estamos aquí para conectarnos a la gran melodía de la vida, a esa dulce melodía de inteligencia cósmica, río de conciencia. Somos mediadores entre los reinos inferiores y superiores de la naturaleza.

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