domingo, 4 de mayo de 2008

La Era en la que ahora entramos...

La Era en la que ahora entramos es de preparación, todas las escuelas, gobiernos, deben ser diseñados de una forma simple que los hombres sepamos comprender. El hombre actúa siguiendo los modelos que ve, por eso es necesario crear un nuevo modelo de vida para la edad venidera. Todas las cosas nacen del pensamiento. Toda vida es una actitud del pensamiento. El pensamiento es energía y por eso es necesario transformar nuestra mente confusa en una mente pura y segura. Todos deseamos la paz mundial, pero primero la hemos de crear dentro de nuestra propia mente. Nos tenemos que esforzar en ser fieles a nosotros mismos y encontrar aquello que nos libera. No nos creemos que somos cocreadores de nuestra vida. La labor básica que debemos desarrollar en nuestra vida, es conocer nuestro potencial y desarrollarlo.
El hombre tiene poder para hacer lo que desee hacer y si somos conscientes de ello deberíamos dirigir nuestro esfuerzo en mejorar todo aquello que nos dificulta nuestro desarrollo físico, mental y espiritual. Cualquier movimiento que hacemos repercute en los demás y un cambio de actitud repercute en nuestro entorno a todos los niveles.
Cuando hablamos de vida alternativa, automáticamente conlleva un enfoque holístico del ser humano. Es necesario hablar de la totalidad del ser para entender que son inseparables las partes física, mental y espiritual, puesto que todo ello está relacionado entre sí. Se debe buscar la raíz desde la misma base y nunca de forma parcial.


"Cualquier persona que pone de lado los prejuicios y busca respuestas honestas a las causas y remedios de los males sociales, que son evidentes, hace con esto la cosa más importante para su solución..
La reforma social no se conseguirá por el jaleo y los gritos, por las quejas y acusaciones, por la formación de partidos o haciendo revoluciones, sino por el despertar de las ideas. Sin pensamiento correcto no puede haber ninguna acción correcta y cuando hay un pensamiento correcto la acción correcta sigue"
Henry George

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