lunes, 24 de marzo de 2008

7 leyes espirituales

-La Ley de la Potencialidad:
La fuente de toda creación es la conciencia pura. La potencialidad pura que busca expresarse
para pasar de lo inmanifiesto a lo manifiesto.


-La Ley del Dar:
El Universo opera por un intercambio dinámico. Dar y Recibir, son aspectos diferentes del
flujo de la energía del Universo. Si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos,
mantendremos la abundáncia del Universo circulando en nuestra vida.


-La Ley del Karma:
Cada acción genera una fuerza de energía que regresa a nosotros de igual manera.
Cosechamos lo que sembramos, cuando obtamos por acciones que les produce alegría y
éxito a los demás, el fruto de nuestro Karma es también alegría y éxito.


-La Ley del mínimo Esfuerzo:
La inteligencia de la naturaleza funciona con toda facilidad, con despreocupación , con
armonía y con amor. Cuando aprovechamos las fuerzas de la armonía y el amor creamos éxito
y buena fortuna con gran facilidad.


-La Ley de la Intención y el Deseo:
En toda intención y en todo deseo está el mecanismo para su realización. La intención y el
deseo en el campo de la potencialidad pura tiene un infinito poder organizador. Cuando
introducimos una intención en el suelo fértil de la potencialidad pura, ponemos a trabajar
para nosotros ese infinito poder organizador.
En el deseo se encuentra la primera semilla de la mente. Los sabios habiendo meditado en su
corazón, descubrieron la conexión entre lo invisible y lo visible.


-La Ley del Desapego:
La sabiduría de la incertidumbre reside en el desapego, en esta sabiduría reside la liberación
del pasado, de lo conocido, que és la prisión del condicionamiento anterior.
En nuestro deseo de ir hacia lo desconocido, el campo de todas las posibilidades, nos
entregamos a la mente creativa, que orquesta la danza del universo.


-La Ley del Dharma; propósito en la vida:
Todos tenemos un propósito en la vida, un don único o talento especial para ofrecer a los
demás. Cuando combinamos ese talento único con el servicio a los demás, experimentamos
el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu, que és la meta última de todas las metas.

Cuando trabajamos con amor somos como una flauta a través de cuyo corazón el susurro
de las horas se convierte en música...¿ y qué es trabajar con amor? Es tejer una tela con hilos
sacados del corazón, como si tu amado fuese a vestirse con esa tela.


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