Se les comunicó que las cualidades de su conciencia, las energías que emitían su mente y su corazón, eran factores fundamentales para la salud y vitalidad del huerto y del jardín.
Aprendieron a armonizarse ellos mismos psicológica y espiritualmente con las fuerzas del huerto y los milagros comenzaron a ocurrir.
El jardín y el huerto proveyó el foco principal de las actividades, y el yoga del grupo era el trabajo. Ese no era un lugar para filosofar o discutir. El trabajo es amor en acción, por lo tanto, las necesidades de la tierra y las instalaciones del lugar y otras actividades tuvieron ocupados a la pequeña comunidad de unas 12 personas desde el amanecer al anochecer.
La piedra angular de Findhorn había sido la sintonización de Peter, Eileen y Dorothy con la Divinidad. Cada uno de ellos experimentaba el contacto con Dios dentro de sí mismo, aunque de modo diferente para cada uno, era complementario, y siguieron incondicionalmente las directrices que recibían. Fhindhorn es una comunidad centrada en la Luz para la cual la guía de Eileen era la fuente esencial de dirección.
Las transmisiones que recibían hablaban de crear un nuevo mundo, siendo nosotros mismos Amor Infinito y Verdad en acción.
Ser una conciencia de comunión y de comunidad, trabajar junto con los demás y con la naturaleza para construir un mundo mejor.
Es una conciencia de Sinergía, integración de elementos que da como resultado algo más grande que la simple suma de sus partes. Cuando dos o más elementos se unen sinergéticamente crean un resultado que aprovecha y maximiza las cualidades de cada uno de sus elementos. Compartir la misma dirección y sentido de grupo permite llegar más fácil y rápidamente al destino, ya que al ayudarnos los unos a los otros los resultados son mejores.
Es una conciencia sintonizada con los procesos y ritmos de la existencia. Va más allá de la mente y los sentimientos, y sin embargo, los incluye de una manera más plena. Trabaja con la existencia de dimensiones espirituales, no a través de adoración y temor sino a través de comprensión y creatividad. No niega el mundo físico ni el cuerpo, sino que los ve como parte de la sagrada naturaleza del Universo y busca la manera de" bajar el cielo a la tierra". Es una conciencia de unidad y de un mundo que puede ser construido para demostrar la unidad.
Lo más importante del mensaje de Fhindhorn y de Bellver es que hay un espíritu dentro de nosotros, una visión, una semilla, una presencia que existe más allá del tiempo y es capaz de desarrollarse dentro de nosotros si lo permitimos.
Esta orientación dará Bellver un enorme poder y atmósfera creativa. No hay que esperar una Nueva Era, se está construyendo ahora.
Por supuesto, en cualquier esfuerzo pionero puede haber errores. Bellver tiene sus retos, estará compuesta de una población siempre cambiante, de individuos que representan una sección de la sociedad, de todas las edades, religiones, logros educacionales y culturas. Tendrán juntos sus retos, alegrías, penas, errores y victorias. Pero atravesándolo todo, está esa visión del potencial de la Humanidad y de la Tierra. La visión de Unidad, de Totalidad, de ser Creadores.
La comunidad intentará hacer realidad esa visión, algunas veces, en el enfrentamiento con viejos hábitos y maneras de ver la realidad el resultado puede ser doloroso, aunque Bellver no tiene todas las respuestas, tiene el espíritu de hacer llegar el Amor Incondicional y Sabiduría a un mundo hambriento.
Buscamos nuevas direcciones en nuestras vidas bajo el empuje de una guía interna.
Hay una identidad esencial dentro de cada uno de nosotros que, a su vez, es parte de una identidad esencial dentro del Universo, y resuena con ello.
Esa esencia puede ser enfocada, y la elección de individualidad es aprender cómo ejercitar hábilmente tal enfoque. Esta esencia puede también expandirse, y ésa es la lección de Universalidad, de llegar a resonar con el mundo entorno a nosotros y transcender el enfoque sobre nosotros mismos.
En la comunicación con los demás, mezclamos lo que somos con lo que los otros son y esa unidad es la verdadera comunicación.
Para comprender esa comunicación, valorarla, e incluso para participar en ella creativamente tenemos que conocernos y comprendernos a nosotros mismos.
Nos comunicamos mejor con aquello con lo que podemos identificarnos, según vamos liberando el enfoque sobre nuestro "Yo individual", descubrimos que el alcance posible de nuestra comunicación se expande. Descubrimos la unidad, la comunión de identidades.
Este es un proceso activo, consciente y de completa participación.
La comunión está basada en la identidad y nuestra identificación con las cualidades a las que queremos acceder y contactar, debe ser ejercitadas e integradas dentro de nosotros mismos, de manera que lleguemos a ser aquello con lo cual queremos comunicarnos.
Somos el mensaje de nuestra vida, no de nuestras palabras.
El amor es ilimitado, la verdad es ilimitada, nosotros somos ilimitados, este es nuestro verdadero poder, tenemos la capacidad de ser creadores de nuestro mundo, debemos construir el mundo que percibimos en lo más profundo de nuestro corazón.
Siento que es muy importante leerlo con detenimiento, esta es la base del proyecto. Hay un mensaje importante que transciende Bellver, es un mensaje a la Humanidad, por lo tanto, os lo envío a todos y que cada cual saque su conclusión.
En el corazón de cada Ser está ese centro de Luz que tanto necesitamos, construyamos entre todos ese mundo que percibimos en lo más profundo de nuestro corazón.
Un fuerte abrazo.
Gloria
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