Hacerlo no requiere técnica alguna. Carezco de métodos fáciles para enseñarles a hablar con los ángeles, o con su yo más profundo, en diez lecciones o en dos fines de semana. En culturas industriales, la gente parece esperar y desear resultados instantáneos, pero la verdadera comunicación surge de nuestro propio ser y de la totalidad de nuestra vida. Es algo en que nos transformamos en el transcurso de nuestra existencia y no algo que aprendemos. Lo que realmente comunicamos es aquello que somos, no tanto lo que podemos expresar con palabras. Comunicarse con los ángeles requiere, en verdad, una actitud particular de totalidad hacia la vida, hacia nuestros semejantes y hacia nosotros mismos.
Afirmo que cualquiera de nosotros puede hablar con los ángeles. El hecho de que yo, con mis flaquezas y percepciones meramente humanas, haya aprendido a hacerlo significa que el camino está abierto a quien quiera que se proponga modificar ortodoxias y explorar su mundo de una manera nueva. Ello requiere una ampliación gozosa de nuestra visión de la realidad, el estar dispuestos a abrirnos a nosotros mismos y a lo que nos rodea, y a un movimiento consciente para abarcar nuestra totalidad.
Dorothy MacLean (Fundación Findhorn)
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